GOFRES
De gofre en gofre
Aunque originarios de Gante, los gofres se han convertido en sinónimo de Bélgica. Los gofres se pueden encontrar en casi todo el casco antiguo.
Los gofres, tan sencillos en apariencia, son el mayor pecado dulce de la gastronomía belga. Y su aroma es tan penetrante que, si pasas junto a cualquiera de los cientos de puestos de gaufres de la ciudad, querrás probar uno.
Una de las cosas que caracteriza Bruselas es ese olor a gofre de todas las calles de la ciudad. Bueno, ese olor a gofre y también esa furgoneta amarilla (seguro que los que vivís aquí la habéis visto más de una vez) que deambula por toda la ciudad. A veces es un placer encontrártela, pero otras se convierte en una pesadilla porque nunca podrás decir que no a uno de los mayores placeres del mundo: los gofres belgas.
Las furgonetas de gofres se encuentran por muchos puntos de la ciudad y en general suele ser el sitio más indicado para pedir uno de ellos, los hacen sobre la marcha y suele tener bastante movimiento y no porque conduzca mientras los hace, me refiero a que tiene bastantes clientes. Además el precio no está mal, uno de estos gofres son 1,5€ en la mayor parte de las furgonetas.
Vitalgaufre te ofrece gofres (de Lieja, el tipo más conocido) de frambuesa, chocolate, canela y manzana, vainilla... pero no por encima, no, sino en su masa. Así podemos disfrutar de un delicioso gofre con trocitos de chocolate o un gofre sabor frambuesa, y siempre con el sabor auténtico de la mantequilla. Un concepto diferente pero igualmente delicioso, siempre te encuentras con cola para pedirlos.
El local se encuentra en la calle nueva (Rue Neuve), una de las calles más comerciales de la ciudad donde se reúnen las cadenas de moda más conocidas como Zara, Primark, H&M,... y el centro comercial por lo que es una buena opción para merendar en una tarde de compras.
Los establecimientos que los ofrecen se concentran sobre todo en unas pocas calles. Los más baratos sin duda se encuentran en la calle que lleva al Manneken-Pis desde la Grand Place: la rue de l'Etuve.
Le Funambule es uno de los conocidos de la calle, con su llamativo Manneken-Pis azul dándote la bienvenida y sus gofres con chocolate, nata, fresas, caramelo haciéndote la boca agua en el escaparate. Por solo un euro puedes disfrutar de un gofre de Lieja calentito, el tipo que también se puede encontrar en España en alguna feria.
Los gofres, plato típico de Bélgica
Una de las grandes experiencias que debes vivir al visitar Bélgica es probar sus mundialmente famosos gofres o wafles. Los encontrarás en puestos callejeros, bares, restaurantes y en cada casa. Tantas variedades como ciudades belgas haya, pero todos con una fama justificada.
Como otros países europeos, la tradición belga de los gofres se remonta a la Edad Media cuando se preparaban los "wafers", unos panes hechos con una masa semi líquida y cocidos entre unas planchas calientes sobre el fuego. Del mismo origen pueden haber nacido los pancakes y las crêpes.
El wafle de Bruselas ("Gaufre de Bruxelles" en francés) se caracteriza porque su masa lleva yemas, huevos y mantequilla derretida, por lo que el resultado es mas esponsojo que otras recetas belgas. Además, las "wafleras" de Bruselas son mas grandes y profundas por lo que estos wafles pueden ocuparte el plato entero con una mas abundante guarnición de mermeladas, frutas, helado, frutos secos y/o chocolate. Es el postre tradicional en Bruselas y no puedes perdértelo (deja la dieta para cuando vuelvas a casa).
Otro de los famosos wafles belgas es el de Lieja ( "Gaufre de Liège"en francés). De masa mas densa y consistente que el anterior, un poco más pequeño y caramelizado, suele acompañarse con azúcar glasé. Es muy común encontrarlos en los puestos de comida callejeros porque son más fáciles para comer mientras caminas.
El gofre belga es más alto, esponjoso, liviano y sabroso que el tradicional o el conocido en Estados Unidos. De hecho la versión americana nace a partir de los belgas que emigraron y llevaron su típica receta, pero adaptada a las harinas y paladares del otro lado del Atlántico.
Los wafles belgas son crujientes y dorados por fuera, y suaves, esponjosos y blancos por dentro. En realidad el conocido en el resto del mundo como "wafle belga" es en realidad el "wafle de Bruselas" que fue mal bautizado durante la Feria Mundial de Nueva York de 1964 para sintetizar, y así quedó.
Como base, puedes escoger entre el gofre de Lieja, que se elabora con azúcar perlado y es crujiente, pequeño y de bordes desiguales, o la variedad de Bruselas, más esponjosa y normalmente rectangular.
Como acompañamiento, lo clásico es azúcar espolvoreado, aunque las tiendas conocen las debilidades del turista y nos dejan añadirle cuanto podamos imaginar: Nutella, fresas, plátano, nata, canela... Paseando por el centro encontrarás muchas cadenas que venden gofres por 3-5 €, como Los Churros, pero si prefieres probarlos artesanos, uno de los mejores lugares para comer gofres en Bruselas es la pastelería Maison Dandoy.