Zaanse Schans

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¿Cómo llegar a Zaanse Schans?

Zaanse Schans se encuentra a poca distancia de Ámsterdam. Puedes llegar con toda comodidad en autobús o en tren.

Autobús: La línea 391 de la empresa Connexxion, que sale de la estación central de Ámsterdam cada quince minutos, tiene una parada a la entrada de Zaanse Schans. El viaje dura cuarenta minutos. Más información en: www.bus391.nl

Tren: La estación de tren más cercana es Zaandijk - Zaanse Schans. Un viaje en el tren local desde la estación central de Ámsterdam dura 17 minutos. Después hay que andar otros 15 minutos hasta llegar a Zaanse Schans.

Planifica tu viaje en transporte público en la página web 9292.nl

Ruta de Ester y Jhon enero 2017

ZAANSE SCHANS:

Nos fuimos a la Central station y decidimos coger un tren para ir hasta la estación KOOG-ZAANDIJK, esa es la estación de tren más cercana para llegar a Zaanse Schans, uno de nuestros destinos este último día, y uno de los lugares más bonitos que hemos tenido la suerte de ver en todos nuestros viajes. 

Estación Koog-Zaandijk es la parada de tren para dos pueblos, llamados Koog aan de ZaanZaandijk. Desde Amsterdam se llega en poco menos de 20 minutos y muy cómodamente en el tren. Se puede ir en autobús también, pero el tren nos gusta más. 

Koog aan de Zaan y Zaandijk son dos pueblos que a su vez pertenecen a un conjunto de pueblos unidos en lo que podemos llamar la municipalidad de Zaanstad, donde habitan poco más de 150.000 habitantes. Nos interesa, de todos ellos, Zaanse Schans que era nuestro destino. Zaanse Schans está más cerquita andando de Zaandijk que desde el centro de Zaandam.

Así pues la estación permite varios recorridos andando fácilmente... y este es el recorrido que hicimos: 

Bajarnos en la estación y andar unos 15-20 minutitos por la zona hasta llegar a Zaanse Schans, pasando por Zaandijk y no por Zaandam. Todo está muy bien indicado, además hay turistas que siguen tu mismo camino y todos sin mirarnos sabemos a dónde queremos dirigirnos; a su vez, el camino hasta el puente, el propio puente y la llegada a Zaanse Schans es espectacular.

El río Zaan, río que, aunque no muy grande, permite vistas realmente preciosas, como veréis enseguida. 

FOTOS DEL VIAJE

Una vez cruzado el puente, encontramos un lugar repleto de agua, césped, animales, casas pintadas de colores vivos, molinos en funcionamiento que se oyen rugir con el viento... 

Imaginad zuecos, quesos, fábricas de zuecos y fábricas de quesos artesanales... Eso es Zaanse Schans, un rincón perdido en el mundo que hay que visitar porque, así, el mundo parece más bonito. Aquí tenéis su web.

Mapa de atracciones: Plano-zaanse-schans

El mapa es muy claro: el puente, la entrada, y cada punto marca qué es cada cosa: molinos el rojo, museos el amarillo, fábricas artesanales el verde, tiendas de souvenirs, restaurantes, una casita preciosa que es un bed and breakfast, posibilidad de ir en barco..., intentamos seguir un poco el mapa pero cada rincón, cada lugar nos dejaba boquiabiertos, teníamos que pararnos, o desviarnos... Así, disfrutando muchísimo:

Quedará siempre en nuestro recuerdo la factoría de zapatos de madera (zuecos holandeses de madera), donde vimos a señores creando zuecos de madera en una casa del siglo XVIII usada antes para el almacenaje de grano, etc. En esta fábrica / tienda repleta de souvenirs podéis adentraros en la historia del zueco de madera y gracias a que la gente es muy agradable, pasaréis un buen rato y podréis comprar algún recuerdo bonito. Hay verdaderas joyas manuales.

Si seguimos con las tradicionales manufacturas, es tan tradicional como la construcción del zueco de madera la preparación de quesos artesanales, ¡a la dutch way! Desde gouda, al queso de cabra, a quesos con hierbas... Y si os molaría ver cómo se preparaban e incluso comprar e hincharos de queso (si no sois intolerantes a la lactosa como yo, Jonathan) pues la tienda / fábrica llamada Catharina Hoeve es vuestro paraíso del queso en Zaanse Schans. 

Y, una vez hinchados de quedo, con bolsitas de souvenirs, con la retina llena de paisajes inolvidables, queda la mejor parte de la visita al lugar: entrar a uno de los molinos. 

Los molinos te vigilan todo el rato, con el rugir de sus aspas entiendes que ese sitio es centenario y deber cuidarlo, ser limpio, amable, dejar que él te atrape y no a la inversa. Seguimos, pues, el rugido de las aspas hacia la zona de los windmills (molinos), y de nuevo, maravillados con las vistas, el agua, el aire, el camino perfectamente definido... Sorprende el color de los molino por fuera: verde vivo con el color pajizo del material que los envuelve, ni idea qué debe ser. 

Este molino que veis en la foto es un Verfmolen, VERF es "pintar" en neerlandés, y MOLEN, "molino", por lo que es un "molino de pintura" y tiene nombre, un nombre muy chulo: VERFMOLEN DE KAT (si pulsáis sobre el nombre iréis a su página web... ¡sí! Mola que un molino del año 1782 tenga su propia Web) Originalmente en ese lugar hubo un molino sobre el año 1646 nos cuentan, cuyo nombre era "Gato" (De Kat); que luego se quemó, se rehizo, se usó para aceite, más tarde para tiza y carbón...

Pero sea como sea, sufiriendo reformas, este es el último molino de "pintura" del mundo, cuya función es moler los tintes siguiendo la manera tradicional. Entrar, cuesta 2 euros que pagamos encantados.

La gran rueda, las muestras (que venden, incluso online). Y subir por la escalerita para ver un paisaje precioso bajo las aspas, que ahora no rugen, si no que parecen hablar contigo como si te contara la historia de aquellas tierras: 

Con mucha tristeza decidimos volver a la estación porque ahora tocaba la segunda parte del día. A la noche teníamos que coger el avión así que si queríamos pasearnos por el Warterland, Volendam y Edam, deberíamos apresurarnos. 

2. MARKEN, VOLEMDAM y EDAM

Ir a Amsterdam y no pisar nada de lo que vais a ver a continuación es ¡temerario! Dirigíos a la estación central y alli al siguiente lugar: 

Aquí, en esta parada de autobuses subiendo las escaleras en el lado oeste de la estación, encontraréis una caseta donde venden unos tickets por 10 euros para subiros en unos autobuses rojos que están allí aparcados. Varios números, distintas opciones. Hacedlo. Compradlos. Y luego, el amable señor o la amable señora os dará un mapa que más o menos será así: 

GO DUTCH! es una compañía de autobuses que por 10 euros al día os permite subiros y bajaros en ellas tanto como queráis. Su función: realizar rutas por el "country side" de Amsterdam, esto es, por el norte de la ciudad donde hay pueblos tanto costeros como más interiores, pero siempre rodeados por la entrada del agua. Esta sería la zona: 

El mapa os propone 3 RUTAS como véis, y nosotros, ante la necesidad de escoger una de ellas, tomamos el bus 315 por la ruta azul "Small Town Harbours" para ir a parar a MARKEN, por habernos llamado la atención ese trozo de tierra en el Markemmeer. 

35 minutos desde allí para llegar al pueblo. 

Amsterdam a Marken:

El camino, maravilloso, sobre todo ese trozo fino de tierra que es, literalmente, un caminito de carretera que parece estar hundido en el mar. No pudimos hacer fotos porque del frío las ventanas estaban con "vaho", pero google siempre ayuda en esto:

Marken pertenece al conjunto de poblaciones conocidos como Waterland, Broek in Waterland, Ilpendam, Katwoude, Marken, Monnickendam, Overleek, Uitdam, Watergang,Zuiderwoude. Como veis en la foto, el nombre se entiende: el cielo y la tierra parecen estar muy muy juntos. No hay ni una montaña, quizás algunas pequeñísimas colinas, pero nada más importante. Marken fue una isla tiempo atrás, pero ahora esta carretera la une a tierra neerlandesa. Lugar protegido, famoso por sus casas de madera "anti-inundaciones" y por el traje típico holandés. Nosotros paseamos por Marken cuando el bus nos señaló el destino, metiéndonos entre las casas, encontrándonos de frente con el precioso Beatrix Brug, cruzando puentecitos de cuento de hadas, hasta llegar al puerto donde el ferry que unía Marken con Volendam estaba descansando.

Nos quedamos encantados con el lugar y, para rematar, un super restaurante con vistas al puerto, que recomendamos muchísimo, por amabilidad y por no ser excesivamente caro: DE TAANDERIJ 

Y desde aquí, con la panchita llena, tomamos el ferry que nos llevaría a Volendam.

FERRY MARKEN A VOLENDAM:

Tal cual nos pasó cuando cruzamos ese trozo estrecho de tierra hacia Marken en autobús, aquí ahora, con el ferry, volvimos a sentir la fuerza del agua, el control que esta ha ejercido sobre la vida de los lugareños durante siglos y siglos.

Fue precioso: las gaviotas nos seguían, Marken quedaba atrás como un lugar que parecía habíamos soñado y ahora, cada vez más cercano, Volendam nos esperaba:

Otro nuevo puerto, igual pero muy distinto al otro. Al ser enero, estaba muy vacío, pero se adivinaba una posible gran "juerga" veraniega en sus calles: heladerías cerradas, tiendas de croquetas, patatas, perritos, hamburguesas... 

Nos metimos entre las casas, fuera del camino "turístico", y luego andamos por el barrio residencial (casas con ventanales enormes, donde se apreciaba perfectamente la vida dentro de ellas, sin tapujo alguno) y finalmente, a contrarreloj, cogimos el último autoúsb hacia EDAM (unos 15 min de trayecto) 

EDAM

Sí, "edam cheese land":

Estaba oscureciendo y decidimos buscar una cafetería, tras reponer fuerzas unos 10 minutos, seguimos callejeando: Un casco antiguo como si fuera nuevo, casas limpias, calles limpias, impecables. Una iglesia al fondo del canal, tiendas de flores, olor a "agua" y a cielo mezclados... Una maravilla. Nos hubiéramos quedado allí si hubiéramos podido.

Y se acabó. Tomamos uno de los 4 autobuses que llevaba hacia Amsterdam Central en esa línea "azul" desde Edam,  

https://esteryjonathanculosinquietos.wordpress.com/

© 2017 Juana Elías
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